Historia del Mercado del Puerto

El Mercado del Puerto es una instalación metálica construida en el Istmo de Guanarteme a los pies del Barrio de La Isleta en Las Palmas de Gran Canaria que ha funcionado como mercado de abasto a caballo de tres siglos.

Se trata de un conjunto de hierro forjado, ensamblado e inaugurado en 1891 que fue remodelado en 1994 y que es una de las escasas muestras de arquitectura industrial cerrada en ese metal de la ciudad.

El edificio, que se ubica en la céntrica calle de Albareda, junto a los mejores hoteles en Las Palmas de Gran Canaria, los situados en el Paseo de Las Canteras, fue levantado por técnicos de la compañia francesa Eiffel, los mismos que dos años antes completaran la famosa Torre Eiffel de París.

El área del Mercado del Puerto es rectangular, como el solar que ocupa toda la manzana de propiedad municipal en el que se ubica. Tiene casi 1.700 metros cuadrados de superficie y el edificio se levantó sobre un espacio de venta pública anterior, muy insalubre, en lo que fue una construcción afortunada.

Si la calle Albareda es el acceso principal y natural de Mercado del Puerto, el conjunto también se abre por sus cuatro lados con una simetría decidida y calculada. Sus grandes puertas dan acceso a la citada vía de Albareda, pero también a la calle Tenerife, por el sur, a la de Rafael Bento Travieso, al norte, y a la pequeña entrada de López Socas en el naciente.

El Mercado del Puerto no se entiende sin la conquista que hizo la ciudad de esa parte de su geografía norte, cuando los planes urbanísticos de finales del siglo XIX tramaron los alrededores del área del Refugio de la Luz, el incipiente Puerto de la Luz y de Las Palmas que fue una realidad en 1884.

La urbanización que hiciera apresuradamente para el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria el arquitecto Laureano Arroyo para dar cobertura a la revolución urbanística del lugar previó un mercado de abasto para el desarrollo urbano y social de un área con futuro y, en aquellos tiempos, con visos de gran expansión, como el tiempo no haría más que confirmar.

Desde el punto de vista técnico, el Mercado del Puerto es un edificio de planta crentralizada, con techado a dos aguas con estructura de cobertizo a dos niveles, con bóvedas cruzadas con encuentro coincidente que dan pie a las cuatro entradas o accesos referidos desde otros tantos laterales. Accesos que aparecen enmarcados en la parte superior por un frontón también en hierro forjado.

En el centro del edificio, y sirviendo de eje de los pasillos para los usuarios, una cúpula central de sección octogonal corona el medio del conjunto por arriba.

LLaman la atención las decoraciones de las estructuras de hierro propias del modernismo, con perfiles de hierro fundido en los que se engarzan secciones de vidrios en los vanos y en la cubierta de gran simpleza. Todo, en un edificio pensado para un fin marcadamente práctico, funcional, utilitarista.

Si el hierro fundido se aplica a casi toda la estructura del Mercado del Puerto y se emplea entre los elementos sustentantes, los hierros laminados, los dulces, se dejaron para las partes de su estructura en las que reacaen los mayores pesos, las flexiones y las extensiones de las cubiertas.

Un peso que comparten sesenta y cuatro columnas de hierro fundido abigarradas unas cerca de otras que sostienen todo el volumen de la cubierta superior y que se distancian apenas tres metros unas de otras en una primera hilera exterior y en una segunda interior.

Una joya decimonónica que merece la pena descubrir. Si su deseo es acudir a la capital grancanaria, no deje de alojarse en cualquiera de los mejores hoteles en Las Palmas de Gran Canaria vecinos del Mercado del Puerto, en el que, por demás, podrá encontrar los mejores productos de la tierra, los que hacen diferente cualquier mesa entre plato y plato.

Mercado del Puerto, una historia con mucho hierro.

Extraido de: www.urbelaspalmas.com